Si no aportas valor a tus productos, algo estás haciendo mal
¿Cuántas veces hemos escuchado la palabra “valor” en el marketing? Al parecer es probablemente la palabra más utilizada después de “estrategia”, ya sea en campañas publicitarias, experiencias de marca o nuevos productos, siempre el resultado suele ostentar esta famosísima palabra, “valor”.
¿Es en verdad una palabra que esconde significados que difícilmente podemos medir o precisar? ¿Es algo que es totalmente diferente dependiendo en dónde se ubique una empresa, agencia creativa u organización? Agregar valor se puede entender a menudo como cualquier iniciativa que tenga todas las posibilidades de alcanzar un precio justo y adecuado en el mercado, de ahí la frase de “el precio determina el valor”. Pero agregar valor es por definición, ¿crear un cliente?
El cliente determina qué es un negocio y en qué se puede convertir, los clientes convierten los recursos económicos en riqueza, en bienes, en beneficios que sostienen a una empresa en toda su totalidad. De ahí la importancia de agregar valor en cada situación en la que te encuentres.
En Oliver hemos determinado que, por cada cliente, existe un camino a seguir, pero en todas involucra el “agregar valor”, desde crear campañas de precision marketing hasta contenido always on, en cada área debemos de tener ese ojo clínico que aporta algo significativo a nuestras audiencias.
El modelo in-house ha convertido a los clientes de escépticos a creyentes, tenemos una visión de innovar y traer más eficiencia a los procesos, introduciendo el cambio que despierta la confianza con nuestro mercado objetivo. No solo decidimos para quién es el producto, sino también, para quién no es. Eso es agregar valor. Crear marcas y productos con el “valor entregado” proporciona a las empresas las herramientas para obtener una comprensión precisa de lo que los clientes valoran y valorarían. Los consumidores entienden perfectamente sus necesidades y qué es lo que los motiva a seguir adelante en una compra, esto a pesar de no saber exactamente qué es lo que los motiva. Lo que los usuarios valoran puede ser difícil de precisar y psicológicamente complicado. Esa falta de comprensión es la oportunidad perfecta para promocionar persuasivamente el valor del producto o servicio y así poder conducir al cliente a una compra más inteligente. ¿Cómo pueden los especialistas de marketing aportar rápidamente el valor a los productos o servicios o crear formas de entregar más? Ya sea de manera funcional, que implica un ahorro de tiempo, reducción de costos o de manera emocional, reducción de la inquietud o entretenimiento. Analizar de manera perfecta esta elección sobre las características esenciales de un producto, precio u otros componentes son herramientas importantes y utilizables para poder captar la magia y testear las reacciones de los clientes sobre el valor preconcebido. Nosotros, los especialistas de marketing estamos acostumbrados a enlistarlos y trabajar con ellos, pero es importante seguir proponiendo nuevos conceptos para anticipar qué es lo que motiva a la gente a creer que algo es considerado valioso y debe de formar parte de su vida. Estas características siempre estarán en el ojo del espectador y nuestra labor es crear oportunidades para que las empresas mejoren su desempeño en el mercado, ¿Cómo crear esas oportunidades? Implementando un modelo de valor que permita presentar a las audiencias combinaciones de los productos y servicios. Las combinaciones idóneas darán mejores resultados que se traducen en una mayor lealtad por parte del cliente y una mejor disposición del consumidor a probar una marca en particular. Pongamos un ejemplo, cuando alguien dice que su marca es “entretenida”, es muy probable que el valor se origina de ciertas combinaciones con elementos emocionales que reducen la ansiedad, premia al usuario, crea nostalgia en la comunidad, entre otras. Y cuando el poseedor del nuevo smartphone habla sobre la calidad del producto y de todas las funciones que tiene a su alcance, el elemento que permanece oculto es la autorrealización, ese sentimiento de creer tener una de las mejores piezas tecnológicas del momento. En la actualidad, las empresas digitales ofrecen mayor valor que las tradicionales. Un negocio en línea bien diseñado, con estrategias omnicanal, una presencia fuerte y constante en redes sociales más un buen sitio web, hace que la interacción con los usuarios sea muy sencilla y conveniente. La comunicación digital entre empresas y consumidores se destacan por ahorrar tiempo e incrementa la satisfacción del cliente. Por otro lado, las tiendas físicas tienen elementos emocionales que pueden cambiar la vida del cliente, elementos como el atractivo, la afiliación y la pertenencia. La atención inmediata, que obtienen los usuarios dentro de los negocios que no son online, incrementa el valor de las marcas y esto ayuda a las marcas a mantenerse vigentes en el negocio. Las tecnologías digitales sin duda han transformado las tiendas físicas en lugar de borrarlos del mapa. La mezcla entre tener canales digitales y físicos ha resultado ser más eficaz a la hora de arrojar valor que cualquiera de las dos (física y digital) por separado. El concepto de valor funciona de mejor manera cuando los líderes de una marca están dispuestos a reconocer oportunidades de crecimiento y realzan el valor en todos sus aspectos. Incluso, el valor puede llegar a ser tan importante como la lealtad del cliente, gestión de equipo creativo o fijación de precios.